Tú ensucia que yo limpio

Sinopsis

Como bien saben los espectadores de DKISS, los protagonistas de ‘Tú ensucia que yo limpio’ son hombres y mujeres patológicamente preocupados por la limpieza, hasta tal punto que no pueden relajarse si hay una marca de lluvia en los cristales.
 
Hailey, una de estas limpiadoras compulsivas, limpia sus ventanas varias veces al día. Cada jornada gasta tres botes de lejía y dos pares de guantes, empleando hasta 19 horas en limpiar su casa una y otra vez para aplacar su fobia a los gérmenes. Tal es su fiebre desinfectante que, encabezados por Linda Dykes, Hailey, Richard y los demás componentes de esta brigada, no sólo limpian sus casas, sino que también prestan servicio en espacios públicos: organizan batallones de recogidas de cacas de perro en el parque, le dan un lavado de cara a la piscina municipal e incluso borran grafitis de las lápidas del cementerio. Y ahora, gracias a ‘Tú ensucia que yo limpio’, seguirán visitando casas en las que hace meses que no se hace una limpieza general para poner orden estos hábitats devastados por el desorden y el caos.
 
En un principio, tanto los obsesos por la limpieza como los que les esperan semienterrados en la mugre sentirán un profundo rechazo, aunque será más patente en los acumuladores compulsivos que llevan años guardando todo tipo de objetos que abarrotan estantes, suelos, camas y mesas, haciendo inviable la posibilidad de tener vida social o incluso familiar. Sin embargo, tras varios días de faena, la casa quedará como una patena y ambas partes aprenderán a verse con otros ojos. Mientras tanto, los espectadores se preguntarán cómo es posible llegar a tales extremos, mientras miran por la ventana para comprobar si en los cristales hay algún rastro de la tormenta de la semana pasada.
Calificación por edades